Siguiendo los pasos de Chapman, Cherrie, Fuertes, Howes, O’Connell y Ring, no solo hemos encontrado las aves y los paisajes nativos, sino las marcas de la historia que se resisten al paso del tiempo y a la transformación que las rodea actualmente.
Una de estas marcas es el camino real que pasa por Fusagasugá, y que recorrimos durante la segunda re-expedición del Proyecto en Octubre 2020. Este camino real conectaba a Fusagasugá con Santa Fé y con Honda, dos de los centros de comercio más importantes de Colombia. Sobre el camino, Chapman escribió:
“En este punto, el sendero cae abruptamente en el valle casi con forma de garganta, el cual conduce a Fusugasuga. A cada lado, y separados por menos de dos kilómetros, se encuentran las paredes escarpadas que flanquean el valle. En ninguna parte de Colombia encontramos un cambio de fauna tan grande en una distancia tan corta como la que ocurre entre estos dos puntos. De hecho, uno tiene que caminar solo unos cientos de pies debajo de El Piñon para pasar de la Zona Templada, completamente a la Zona Subtropical. El sendero es tan empinado que uno parece estar descendiendo un tramo de escaleras. En una docena de pasos, el terreno ondulado de la cresta divisoria se pierde de vista, y uno está inmediatamente protegido de los fríos vientos de la meseta.” Chapman 1917.
Hoy, este camino real tiene el potencial de servir a las comunidades locales para compartir su historia, su cultura y sus aves con visitantes de todo el mundo, mientras transitan hacia formas de vida más sostenibles.